Nuestro Viaje al Norte

sábado, 3 de marzo de 2012

02/03/2012 – 61º DIA – ACAPULCO

Hoy es nuestro ultimo día de estada en Acapulco por tal motivo decidimos hacer dos paseos, uno por la mañana hacia el Fuerte San Diego, y otro por la noche para ver el espectáculo que los clavadistas dan en el lugar llamado La Quebrada.

El Fuerte de San Diego se encuentra ubicado en plena ciudad por supuesto que frente al mar. Es una edificación en forma de estrella de cinco puntas y fue construida para defensas de los ataques de los piratas y corsarios en el siglo XVI, posteriormente en el año 1756 fue reconstruido debido a que por efectos de un terreno la construcción original quedo muy afectada. El interés de los piratas y corsarios se originaba en que la ciudad de Acapulco era un puerto con una intensa actividad comercial debido a que triangulaba el comercio que hacia España con China. En efecto los comerciantes chinos enviaban o llevaban sus valiosas mercancías (seda, porcelanas y especies) a las Filipinas (Manila) y luego desde allí, se exportaban a Acapulco. En este puerto parte de esa mercadería quedaba para uso y consumo de las Colonias del Nuevo Mundo y el resto, era trasladada al Puerto de Veracruz en el Océano Atlántico donde eran reembarcadas con destino a España. Este tráfico se hacía una sola vez al año en los meses de Enero y Febrero, fecha en las que llegaba a Acapulco el único galeón español asignado a esta ruta. Este tráfico de mercadería tenia su contrapartida en oro plata y piedras preciosas que se utilizaban como instrumentos de pagos, por esta razón los piratas y bucaneros la merodeaban permanentemente y la atacaban periódicamente. Esta operatoria cesó en 1815 fecha en que las Colonias declararon su independencia.

El espectáculo nocturno que los clavadistas ofrecen en La Quebrada es por todos conocidos, pero no por ello deja de tener atractivo, sobre todo cuando uno ve el acantilado, calcula su altura y la distancia que tiene de retiro la cúspide respecto de la costa, y piensa que un leve error de cálculo, o bien un resbalón tiene como consecuencia la perdida de una vida. De allí el mérito de estas personas que brindan un espectáculo mayúsculo sin red.