El de hoy fue un largo viaje que iniciamos a
primera hora y que nos llevó a través de caminos del estado de Paraná y Sao
Pablo donde pudimos apreciar el potencial agrícola de este País. Efectivamente,
son cientos de kilómetros en los que sólo se observan distintos tipos de cultivos,
especialmente arroz, maíz y trigo. Los cultivos de éste último cereal nos
llamaron poderosamente la atención por que históricamente, Brasil no era un
fuerte productor de este grano, situación que parece haber revertido, lo que
habla muy a favor del espíritu que tiene este pueblo para superar sus
limitaciones naturales. Esta observación se ve sostenida por que también hemos
advertido que Brasil produce manzanas, y peras que sin ser de la mejor calidad
le permiten abastecer a su población de estas frutas a un precio accesible,
cosa que no ocurría años atrás cuando importaba totalmente estos productos.
Transitamos por carreteras, en general,
en buen estado de conservación, por la que había que abonar peajes de costo
bastante significativo y con mucha (demasiada) frecuencia. La velocidad de circulación
es baja, entre otras cosas por que se deben respetar las velocidades máximas, y
estas casi nunca exceden los 80/100 kms. por hora. Además, por la geografía de
estos territorios, no hay casi extensiones planas. Son una sucesión
interminable de pequeñas sierras lo que obliga a una conducción cuidadosa,
teniendo en cuenta el intenso tránsito de camiones, y la existencia de muchos
pequeños pueblos que obligan a frecuentes reducciones de velocidad. Este tramo
nos insumió casi 11 horas de viaje y resultó agotador. Además como desde
nuestra ciudad de Córdoba, nos hemos
venido desplazando hacia el este, y al no existir diferencia horaria con la
Argentina, nos encontramos con que a las 18:30 hs. ya es noche cerrada. Casualmente
a esa hora llegamos a lo que creíamos era un pequeño pueblo, pero nos
sorprendimos por el tamaño de la ciudad de Sao José do Río Preto en la que
hicimos noche. Dada la hora y el cansancio que traíamos sólo dimos un pequeño
paseo en auto por el centro y sus alrededores quedando gratamente impresionados
por la limpieza, orden y prolijidad que mostraba sus calles, plazas y parques.
Una situación que desconocíamos y de la
cual tomamos conocimiento durante el día de hoy es que muchas estaciones de
servicio cierran los domingos. Además en Brasil sólo se comercializan dos tipos
de gasolina, la común de 87 octanos y la premium de 95 octanos, pero este
último tipo solo lo comercializa Petrobras, en algunas pocas estaciones de
servicios, sobre todo las ubicadas en las grandes urbes. El problema con que nos encontramos, es que
nuestro vehículo requiere para un óptimo funcionamiento gasolina de por lo
menos 90 octanos. Este problema por el momento no tiene solución, lo único que
hemos hecho es repostar el combustible de máxima calidad y cuando hemos
consumido el 50 % de la capacidad del tanque le reponemos nafta común, con lo
que obtenemos un mix, pero ya hemos tenido tramos en que no tuvimos otro
remedio que abastecer con común, a sabiendas que esto no es lo óptimo para el
vehículo. La pregunta es: por que esto no afecta a los vehículos brasileños, y
la repuesta es que las fábricas adaptan los motores para el uso de este tipo de
combustible.
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