domingo, 25 de agosto de 2013

24/08/2013 -  234º DIA– CAETITÉ –SITIO DO CONDE - 830 KMS.

Cuando iniciamos la etapa de hoy ya habíamos decidido que daríamos un rodeo para evitar ingresar a Salvador por las razones que apuntamos ayer. La elección del destino la hicimos teniendo en cuenta que mañana es domingo y que también para la tripulación de “la nave”, rige el obligatorio descanso hebdomadario. A tal utilizamos el viejo método aleatorio de poner el dedo en un punto del mapa que se encontrara entre los setecientos y ochocientos kilómetros y que estuviera sobre el mar. El resultado fue Sitio do Conde, y hacia allí pusimos proa.  En la  primera mitad del trayecto recorrimos caminos tranquilos, en general en buen estado de conservación, atravesando pequeño pueblos agrícolas, donde pudimos observar grandes plantaciones de tunas, fruto que creíamos no se producía en Brasil, pero en realidad el suelo y el clima por donde transitábamos era muy similar al norte de Córdoba, incluso atravesamos un tramo bastante extensos de sierras. Un poco más adelante, la vegetación adquirió cierta similitud con la de las Provincias de La Rioja y Catamarca, y llegó un momento en que nos preguntamos si no habíamos equivocado el rumbo y estábamos volviendo.  Pero no había tal equivocación y seguimos avanzando con rumbo noreste, acercándonos de a poco hacia el mar, y viendo como de a poco las carreteras iban formando una especie de embudo a medida que nos acercábamos a ciudades más importantes, lo cual poca gracia nos hacía por que la conducción se hacía cada vez más exigente y el promedio de velocidad iba cayendo de a poco. Así fue que en un momento dado, cuando estábamos a doce kilómetros de una bifurcación de caminos quedamos atrapados en un gigantesco embotellamiento de transito en medio de la nada. Nosotros atribuimos esta situación  a la existencia de obras en la calzada, ó a la ocurrencia de algún accidente. Luego de tres de horas de reloj de detención y/o avanzar a paso de hombre  pudimos verificar que no había ningún obstáculo en la ruta y que todo se debía a la gigantesca cantidad de vehículos, sobre todo, camiones que se desplazaban y que también intentaban entrar o salir de la bifurcación. Este hecho acontecido en un sábado por la tarde, nos hizo pensar en todo lo que le falta a Brasil en materia de infraestructura vial y de otros servicios, entre ellos la provisión a la población de agua segura y potable, ya que la disponible carece de esas dos condiciones. A partir de aquí el viaje se transformó en una excursión en vivo en el tren fantasma. Fueron más de trescientos kilómetros manejando al límite, al filo de la cornisa, incluso contrariando nuestro principio de no conducir de noche, pero la demora que nos ocasionó el embotellamiento determinó que tuviéramos que conducir más de dos horas en plena noche. Afortunadamente pudimos salir con bien, y obtuvimos una compensación. La misma llegó por el lado del lugar y el hotel que habíamos elegido por internet. Una conjunción de excelencia. El pueblo pequeño, simpático y de gente amable y despreocupada. El hotel nos ofreció mucho más de lo que por él pagamos,  se encuentra directamente en la playa, con una hermosa y calida piscina, rodeado de un paisaje verde de cocoteros. Una agradable brisa sopla  permanentemente, la que unida a la cálida temperatura ambiente, es como una caricia permanente. A pesar del cansancio nos dimos el gusto de cenar un plato típico de esta región “moqueca de camarón”, una especie de sopa de este marisco con el agregado de aceite de dendee, leche de coco y otros ingredientes  que desconocemos.  
 
 CAETITÉ –SITIO DO CONDE - Plantaciones de Tunas
 
 CAETITÉ –SITIO DO CONDE - Interminable Embotellamiento
 
 CAETITÉ –SITIO DO CONDE - Animales Famélicos
 
SITIO DO CONDE - Moqueca para la cena

1 comentario:

Si te gusto este artículo, dejanos aquí tu comentario o envianos un mail a rlandin60@yahoo.com.ar