Nuestro Viaje al Norte

24/03/2013 - 217º DIA – FRUTILLAR – PUERTO OCTAY – LLANQUIHUE - 145 KMS.

En la cuenca del Lago Llanquihue, segundo en tamaño en América, se ubican varias poblaciones, algunas importantes, tal el caso de Puerto Varas, que visitamos y comentamos hace algunos días, Frutillar el lugar donde permanecemos desde ayer que son los más importantes y que reciben mayor cantidad de turistas, pero hay otros pequeños pueblos, tal el caso de Puerto Octay ubicado a 38 kms. de Frutillar y que visitamos en la mañana de hoy. Para llegar a él transitamos 22 kms de ripio por una camino que recorre la costa norte del lago donde encontramos hermosas vistas de lago y Volcán Osorno, y algunos campos sembrados de maíz y frutales en los que también se cría ganado bovino afectados a la actividad lechera. El paseo es un mix muy interesante, y finalmente se llega a este pequeño pueblo un tanto abandonado y que sólo recibe unos pocos visitantes cada año. Los mejores paisajes se obtienen en el camino ya que el pueblo no ofrece otros lugares o construcciones de interés. Luego de esta visita regresamos a Frutillar, y por la tarde recorrimos la costa del lago en sentido inverso, es decir ahora hacia el sur para llegar, luego de recorrer unos 25 kms. de campos y praderas a la ciudad de Llanquihue, también localizada en la costa del lago. Esta urbe, es más grande y tiene un definido perfil industrial debido a que en sus alrededores están establecidos diversos establecimiento agro industriales. En este caso los atractivos turísticos no existen, y la ciudad no recibe un flujo importante de turistas. Luego de una breve recorrida por la avenida costanera, un lindo paseo por un parque en la costa del lago, retornamos a Frutillar transitando la impecable autopista A 5.

Tenemos previsto iniciar mañana nuestro retorno a la Argentina a través del paso Pino Hachado ubicado en la Provincia de Río Negro, pero antes de partir deseamos dejar un comentario al margen. Se trata de un hecho que nos ha llamado mucho la atención por que lo hemos visto a lo largo de todo el territorio de esta País, ya sea en ciudades grandes, o en pueblos chicos y es la gran cantidad de perros que hay, tanto en las casas de familias, como en la calle. Se trata de verdaderas comunidades de estos animales, los que se ven bien alimentados y nunca son agresivos ni entre sí, ni con las personas. No hay playa, plaza, o parque en los que no se encuentren jaurías de estos animales sin dueños vagando a sus anchas, los que son bien tolerados por los transeúntes quienes los miran con simpatía y aprecio. Nosotros pensamos que es una muestra, un tanto exótica de la buena situación economía por la que atraviesa el País que permite que los ciudadanos mantengan alimentados a tanta cantidad de estos animales.