Nuestro Viaje al Norte

06/07/2012 – 101º DIA – LAS VEGAS – PANGUITCH – 385 KM.

Hoy hemos tenido un corto recorrido en cantidad de kilómetros pero no obstante, hemos estado casi 10 horas de viaje. Esto resultó así por exigencias del paisaje. La etapa de hoy previa la visita al Zion Canyon y al Bryce Canyon, o por lo menos al primero. Los primeros 200 kms. transcurrieron por el árido y llano desierto de Nevada y luego de Arizona, pero al ingresar a Utah el paisaje cambió significativamente y se tornó mucho más interesante por que paulatinamente, el camino fue ganando en altura, y se comenzaron a ver zonas con vegetación autóctona, algunos cultivos y establecimientos ganaderos. Así fue que llegamos al ingreso del Zion National Park bajo una lluvia, que sin llegar a ser muy abundante nos llevó a replantear la entrada o no al parque, por que para ingresar había que abonar la entrada, la que sólo es valida por el día, finalmente decidimos ingresar confiando en que como siempre, el tiempo está de nuestro lado, y nuevamente la magia se cumplió, por que a los pocos minutos el tiempo mejoró y el sol apareció y nos acompañó por el resto del día.

Una vez ingresados al parque fuimos a tomar información en el Visitor Center, allí nosotros supimos de la existencia de un servicio de transporte gratuito que recorre todo el parque con frecuencias que no exceden de los 2/3 minutos, y tiene paradas en los principales lugares de interés en los que uno puede descender, hacer una visita de la extensión que prefiera, y luego ascender a otro ómnibus (suttle) que lo transporta hasta la siguiente parada, y así sucesivamente. Este sistema es la forma que se adoptó para resolver el problema que plantean los miles de vehículos que llegan cada día y que recorren los estrechos y escarpados caminos interiores del parque. Así es como los vehículos que ingresan al parque quedan estacionados en áreas determinadas, y sus ocupantes de manera cómoda, y segura hacen el recorrido que prefieren, sin preocuparse por el transito y el conseguir estacionamiento de sus vehículos en cada detención. Con este ingenioso sistema todos salen ganando, especialmente el medio ambiente por que al circular una escasa cantidad de vehículos, no se altera el ecosistema, y los animales, al no ver invadido su hábitat se comportan de manera natural y carecen de temores. Así lo pudimos apreciar cuando de pronto al circular en el ómnibus, a la vera del camino apareció un ciervo, y luego uno pavo, y mas tarde un caribú quienes no le prestaron ninguna atención al vehiculo y continuaron pastando o caminando como si nada ocurriera.

El paseo de hoy tiene poco material para el comentario, ya que todo el entorno es un festival para los sentidos.

Al caer la tarde llegamos al pueblo de Panguitch en donde nos alojamos. Es un pueblo mormon, como lo es casi todo el Estado de Utah, muy pequeño, en el que según informa la guía su población no excede de los 500 habitantes. Recorrer sus pocas calles es muy gratificante por lo cuidado que están tanto los espacios públicos como los particulares, sus calles son limpias y muy bien señalizadas. En síntesis se asemeja mucho a esos pueblos que ilustran los cuentos infantiles en los que hay de todo pero en pequeño.