Nuestro Viaje al Norte

07/09/2013 - 248º DIA –LAGO JUMA

Como ya es habitual nos levantamos muy temprano, y dividimos las tareas, mientras algunos comenzaron con las tareas de desarmar el campamento, otros colaboraban con el encendido del fuero para la preparación del desayuno. Todas las tareas se llevaron a cabo con toda eficiencia gracias al espíritu de colaboración que imperaba en el grupo, y luego de disfrutar del desayuno que incluyó: café, leche, pan tostado con margarina y un riquísimo ananá, montamos en la “limusina” y fuimos a visitar una familia radicada desde hace varias generaciones en un predio de varias hectáreas del que son propietarios ubicado a orillas del río. Allí entre todos los miembros pescan y llevan adelante una pequeña chacra en la que crían cerdos, gallinas y patos y tienen cultivos de mandioca, ananá, bananas, noni, mangos y otros frutales con los que satisfacen las necesidades alimenticias de la familia, y la producción sobrante la venden a otras familias o a los hoteles vecinos. También les ofrecen a los turistas que los visitan algunas sencillas artesanías que ellos mismos fabrican. Abordamos nuevamente “la limusina” y nos dirigimos al hotel para almorzar. El menú ofrecido, como de costumbre incluía arroz blanco, arroz con porotos negros, ensalada mixta y pollo bien sazonado. Mientras esperábamos que se sirviera el almuerzo aprovechamos para disfrutar del agua del río que tenía una temperatura perfecta, además de ser claras y limpias. En el almuerzo esta vez el plato principal fue pollo, como para salir del pescado. Para la tarde el grupo tenía programada una excursión por el río para avistar animales, de la cual no participamos por que había un sol abrasador y un calor que se hacía sentir a si que decidimos tomar la tarde libre y quedarnos en el hotel disfrutando del río, la lectura y el dolce far ni ente. Luego de la cena hubo un corte de energía que se prolongó casi tres horas, debido a lo cual nos fuimos a dormir más temprano de lo habitual.