Prácticamente
dispusimos del día libre por que nuestro vuelo a Belem estaba programado recién
para las catorce horas, lo que significaba salir del hotel a las once para
estar en el aeropuerto con tiempo suficiente a las doce. Esto nos permitió
editar algunas de las fotografías
redactar parte de nuestra crónica. Antes de abandonar Manaos agradecimos
por el buen tiempo que nos viene acompañando en todo nuestro viaje, pero especialmente
en la excursión a la selva, parece mentira pero desde nuestra partida hasta hoy
no hemos tenido ningún día de lluvia, ni siquiera a nivel de amenaza. Esperamos
que esta bonanza siga siendo nuestra compañía en lo que resta del viaje. Del
vuelo lo único destacado fueron las hermosas vistas aéreas, tanto de la ciudad
de Manaos como de Belén, como el vuelo incluía una escala en la ciudad de
Santarem una ciudad también ubicada en la confluencia del Río Amazonas con el
Tapajós, tuvimos la oportunidad de ver desde el aire un fenómeno similar al del
“encuentro de las aguas” que vimos en Manaos que
comentamos anteriormente. Llegamos sin novedades a Belén donde lo
primero que hicimos fue tomar contacto con “la nave” y verificar que se
encontraba sin novedades y lista para iniciar al día siguiente “nuestro viaje
al sur”.
Vista Aérea de Manaos
Vista Aérea de Manaos
Vista Aérea de Belem
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