Nuestro Viaje al Norte

17/09/2013 – 258º DIA – BONITO – ASUNCION – 741 KMS

Temprano, nos ponemos en camino para recorrer los último 235 kilómetros por territorio brasileño para arribar a la ciudad fronteriza Punta Porá (Brasil) / Pedro Juan Caballero (Paraguay). El camino está en buenas condiciones y a media mañana arribamos a este primer destino. Esta Ciudad tiene una particularidad que la hace especial: ocurre que son dos ciudades, pertenecientes a dos países que se confunden en una sola debido a que la frontera está definida por un boulevard en el que cambia la soberanía en cada una de sus manos, de manera tal que con sólo cruzar la calle se cambia de país, y con ello de idioma y moneda lo que se ve reflejado en los escaparates de los comercios ubicados sobre esta calle. Y las diferencias no son menores, por ejemplo el litro de nafta en la vereda paraguaya cuesta, aproximadamente $ 10,00, mientras que en la brasilera el costo es de $ 8,50. Lo mismo ocurre con otros productos, aunque no siempre en el mismo sentido. Dado el carácter de doble nacionalidad que tiene la ciudad, nos costó bastante trabajo ubicar las oficinas de migraciones de ambos países donde debíamos efectuar nuestro registro de salida de Brasil y entrada a Paraguay, pero finalmente lo hicimos y pusimos proa hacia Asunción. Es bastante común que muchos turistas por error y/o falta de información incumplan con estos requisitos, lo que normalmente les acarrea desandar el camino desde el lugar en que se encuentren con el primero de los muchos controles policiales que hay en la ruta y les requiera el documento de entrada al país.

La buena noticia del día es que a pesar de nuestros presagios nos encontramos con una carretera en perfecto estado y bien señalizada lo que nos permitió disfrutar un viaje tranquilo y sin sobresaltos. El detalle interesante fue encontrar gran cantidad de pequeños pueblos a la vera del camino, la mayoría de ellos construidos a lo largo de la ruta hecho que determinaba, que el cruce de ellos se hiciera a baja velocidad debido tanto a las regulaciones de tránsito como a la presencia de personas y animales en las márgenes. La entrada a la ciudad de Asunción fue caótica, como es común a todas las grandes ciudades, en especial en este caso, debido a lo extendido que es el ejido urbano que prácticamente ha incorporado al Gran Asunción a una serie de pequeñas ciudades y pueblos vecinos, llegando de esta forma, a contabilizar algo más de dos millones de habitantes

Cuando pasamos por un suburbio llamado Bolaños advertimos a la izquierda del camino los restos del que fuera el Supermercado Ycuá Bolaños, que se incendió en el año 2001, y que dejó 400 muertos y más de 500 heridos, en lo que fue la mayor tragedia civil del Paraguay. Lamentablemente, esta visión nos trajo el recuerdo que dicha tragedia no fue producto de la fatalidad sino del inconcebible espíritu de lucro que llevó a que uno de los propietarios, al momento de desatarse el fuego, diera la orden al personal de seguridad de cerrar las puertas para evitar que el público abandonara el local sin abonar sus compras. Y lo más lamentable aún, fue la actuación de la justicia paraguaya quien en un primer juicio aplicó a dos de los propietarios y un guardia de seguridad una pena de cinco años de prisión. Fue tal la reacción popular que las autoridades se vieron obligadas a decretar la nulidad del fallo y tres años después dictar un nuevo fallo condenatorio, esta vez de doce años de prisión para los imputados. Final para este triste episodio: en Septiembre de 2010 todos los involucrados recuperaron su libertad.

Llegamos al hotel que teníamos reservado y nos encontramos frente a una hermosa propiedad de alrededor de cien años de antigüedad, totalmente renovada y actualizada, en el que, por gentileza de la gerencia, nos había asignado, sin costo extra, una hermosa y amplia suite ubicada en el tercer piso del edificio con balcón y acceso directo a la terraza desde donde pudimos disfrutar de una hermosas vistas de la ciudad y del Río Paraguay. Aprovechamos las últimas luces del día y primeras de la noche para hacer un breve recorrido por el centro de la ciudad, y preparar el itinerario de visitas del día siguiente.